martes, 13 de marzo de 2007

Koldo Serra


Dice Oscar Terol que un vasco tienes muchas posibilidades de que una de estas dos aficiones se convierta en su profesión: subir montañas y hacer cortos. Y a Koldo Serra, como a algunos que yo me sé, eso de grabar aventurillas le engancho.

Si queréis saber qué me ha parecido su primera película, Bosque de sombras, os remito a mi pieza en Coolpable, donde también hay un par de entrevistas (esta y esta, son dos pdf con errores). Por supuesto, mi opinión al respecto es lo menos importante. Lo que es flipante es que una película y un tipo con el talento de Koldo (responsable de Fotomatón, Fotomatón 2, Noche de autos, Amor de madre o El tren de la bruja, además de un buen montón de videoclips y anuncios), tenga que currarse la promoción él solito.

La peli es diferente, con un esquema distinto a lo que estamos acostumbrado. Y después de tanto Camarón y Alatriste, para un pedante como yo, que me empeño en ver cine español esperando que la próxima me convenza, necesitaba un Bosque de sombras, sin ninguna duda.

Porque El laberinto del fauno no vale para testar qué tipo de cine se puede hacer con los medios y el talento de la industria nacional.

Serra pertenece a una “cuadrilla” en la que también están Borja Crespo, Borja Cobeaga o Nacho Vigalondo (los dos últimos nominados a los Oscar como si nada), todos miembros de Arsénico junto a Nahikari Ipiña. Y tienen pinta de pasárselo de puta madre en su Madrid adoptivo (también me sé de algunos/as que no desperdician su estancia allí) y de disfrutar de su suerte porque trabajan en lo que les gusta, y de no desaprovechar un motivo de celebración.

Y creo que el cine estadounidense –salvo Woody Allen– sólo ofrece un tipo de historias: las épicas. Lo que diferencia a una de otra no es más que la cantidad de efectos especiales. Y ese no es el problema. Lo peor es la guerra interna del cine español o vasco, que hace que los grupos mediáticos que invierten en el sector audiovisual hagan de sus películas las armas de otras batallas.

Un consejo: ved The Backwoods en idioma original.

3 comentarios:

The Omega Man dijo...

Bueno, pues no he visto la peli, pero prometo verla y dejar un comentario sensato, más que intuitivo... La verdad, no he oido muy buenas críticas de la peli, más bien todo lo contrario, por numerosas razones que no expondré ahora, pero si más adelante. De todas formas, para mi que la película sea una obra maestra o una esponjosa mierda, en este caso da un poco igual, en mi modesta opinión.

Es cierto que Koldo ya tenía experiencia en el cortometraje (amor de madre es cojonudo, el tren de la bruja está bastante bien...) y que quizás se le haya exigido demasiado en su primera obra... no lo se. Pero una cosa es cierta, por encima de notas, verosimilitud, y "homenajes" más que sospechosos, que se intuyen tan sólo con ver el trailer y la cojonuda portada.... Lo más importante, lo único importante, es que el muy cabronazo ya ha dirigido su primera peli.... y ya está. Fin del debate. Koldo es ahora, le lluevan las críticas o los aplausos, el hombre más feliz de la tierra. Yo, en su caso, desde luego que lo estaría...

Y fin de mi primera entrada en este nuevo Blog que estrenamos. Espero que no sea la última (que me conozco...)

Un saludo a todos y que os den, cabronazos!!

Aupa!

Endeèr dijo...

Da un poco por el culo tanta endogamia, pero hede admitir que me alegro mucho de que este chavalillo consiga rodar algo en este puto país de ultraortodoxos cinematográficos. Algunas pollas habrá tenido que chupar y algún que otro montón de mierda comerse con cuchillo y tenedor, porque si no... Es una lástima,pero...
De cualquier manera a mí me encantaría cenar esta noche una mierda bien gorda si eso es lo indispensable. Lo de las pollas ya lo tnedría más complicado.

Para aquellos que os sorprenda lo soez de mi comentario, como decían... Ibon, allí donde se reunan dos o más en tu nombre, ahí estarás tú.
Besosss.

IKER MERODIO dijo...

Me encanta que haya vidilla en el blog. Ánimo, muchachotes, más adelante hablaré de por qué los CD nuevos me parecen una mierda (¡a ver si iba a ser yo el único que no iba a usar la palabra!)