Como diputado vuestro, me siento profundamente orgulloso de poder apostillar la celebración del pasado sábado 23 de junio de 2007, como si de un Alderdi Eguna se tratase.
En una fecha que, a partir de este momento, significará algo más que la noche de San Juan, suficientemente entrañable sin añadidos, nuestros amigos y compañeros, Josu e Iratxe, se casaron, llenándonos a todos de alegría y, ¡cómo pasar sin comentarlo!, confirmando nuestra intuición sobre quién dría “sí quiero” antes que el resto. ¡Ojalá el Partido Socialista de Navarra nos respondiera lo mismo!
No obstante, la dicha no fue completa, pues minutos antes de la celebración, llegó la noticia de la ausencia más temida. Ibon, nuestro siempre suspirado Ibon, como si de la izquierda abertzale se tratase, siempre ausente y siempre presente, dejó el hueco más triste en las mesas asignadas a los miembros de esta ilustre asociación o, como popularmente gustamos de llamarnos, “cuadrilla”.
Salvo tan señalada como comentada falta, allí estábamos todos, igual que antes de la escisión de EA: amigos y parejas (¿tal vez debiese decir a estas alturas ya, “más amigos”?), los habituales y los de siempre, el cónsul de Venezuela en Portugalete, un representante de nuestra querida policía autónoma y la local de Santurtzi (donde, por cierto, se ha dado un afortunado vuelco en el ayuntamiento y a partir de ahora gobernará el PNV con mayoría absoluta), y un funcionario del Estado español (al que no por maqueto queremos menos), cantantes, guionistas, investigadores de museos, ejecutivas, una profesora de la UPV y multitud de cargos que no puedo extenderme en repasar. ¡Aquello parecía una recepción de Euskaltel!
Finalmente, os solicito que dispenséis la premura de mi despedida, pero los sucesivos compromisos me obligaron a retirarme antes de la llegada a nuestra queridísima villa portugaluja (sobre todo ante la tentación de pernoctar en Getxo, que continuará gobernado por jeltzales final y afortunadamente). Aprovecho la comunicación para enviaros a todos y cada uno de vosotros mi más afectuoso abrazo y agradeceros una velada, sin duda, maravillosa.
martes, 26 de junio de 2007
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